jueves, 22 de enero de 2009

Desconfiemos de los conflictos armados


Desconfiemos de las guerras convencionales entre Estados… Desconfiemos también de las guerras civiles, de las guerras internas, de las llamadas guerras entre hermanos… También estemos prevenidos y sospechemos de las llamadas guerras reivindicatorias, de las guerras de guerrillas, de las guerras sediciosas, de las guerras terroristas adornadas con un manto ideológico, de las acciones no convencionales de violencia y de rebeldía que buscan el éxito de la causa a través de estudiados secuestros y de siniestras extorsiones, y/o a través de espectaculares robos o estafas, y/o a través de actividades ilegales como el narcotráfico, o el tráfico de personas, o el juego clandestino… Por cierto rechacemos también las acciones de supuesta justicia de los llamados grupos parapoliciales y paramilitares, pues son también grupos irregulares que muy pronto caen en la arbitrariedad y en la injusticia y en las acciones macabras…

Desconfiemos de los llamados patrióticos al uso de las armas… Desconfiemos de las elaboradas argumentaciones ideológicas que nos impulsan a destruir el orden instituido, que nos impulsan a echar por tierra y devastar el orden fundado y establecido…

Con toda evidencia necesitamos un adecuado marco jurídico para la resolución de los conflictos supranacionales, y probablemente ello sólo podrá ser alcanzado en la medida que se instituya un verdadero Gobierno Mundial, un verdadero Poder Universal, que logre poner orden en todo el planeta, que logre poner coto a las acciones de los Gobiernos y de los Estados…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar su opinión.