miércoles, 14 de enero de 2009

Controlando la empresa y la nación


Una organización será más controlable y manejable, en la medida que podamos tener información efectiva y correcta de todas las etapas (transformaciones) que afectan a los distintos subsistemas que forman el sistema total.

Y por cierto, esta aseveración también es transportable a la nación, e incluso al conjunto de los intercambios internacionales.

En muchas empresas, se alientan los sistemas internos de facturación entre los distintos departamentos, como una medida complementaria para la efectiva toma de decisiones, y a efectos de así asegurarse la rentabilidad de todas las partes componentes de esas organizaciones. Y por cierto eso está muy bien.

Pero evidentemente introduciríamos el caos dentro de una organización, si allí permitiéramos el uso de algún tipo de dinero efectivo propio de la institución y como forma de cumplir con las facturas internas, a la par que permitiéramos mecanismos similares a los que se observan en la economía de un país, como por ejemplo la subfacturación, el pago informal de coimas y de premios, el pago de lo que a veces se llaman peajes administrativos, etcétera, etcétera.

Los distintos países e incluso la humanidad toda, deberían ir avanzando hacia un tipo de economía más racional, prolongando y expandiendo los sistemas de control, de forma de asegurar un buen seguimiento de todas las cadenas de pago entre las distintas organizaciones.

Y con evidencia, el seguimiento de las cadenas de pago y la trazabilidad de las cadenas productivas es perfectamente posible, si a todos los niveles es utilizado el dinero telemático como contraprestación de los intercambios.

Asimismo, los distintos países y la humanidad toda, deberían ir avanzando hacia un tipo de democracia más racional, prolongando y expandiendo los sistemas de control social, y perfeccionando los sistemas de consulta social y de oposición social.

Dentro de este contexto, es indispensable otorgar un sustantivo apoyo a las instituciones sociales, de forma de así fortalecer su funcionamiento interno y su democracia interna, y también para así facilitarles el mejor cumplimiento de sus funciones específicas.

El dinero telemático bien puede abrir las puertas a nuevos estadios organizativos, que en alguna medida sean paternalistas, es decir, que en cierta medida supervisen al comportamiento económico de las personas más vulnerables y comprometidas, a efectos de orientarles sobre sus comportamientos como consumidores, y a efectos de alejarles de situaciones de ruptura.

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